1.      Se derrite el “poder político” ?

Analistas políticos perciben que, por una razón u otra, quizás exacerbado por la ausencia del Presidente Chávez, y la especulación mediática sobre su supuesta enfermedad, Venezuela se desliza por una especie de vacío de “poder” político.
Como economista, esa imagen puedo replicarla en un concepto mas preciso que explica la destrucción de todo rasgo de gobernabilidad, particularmente aquella “gobernabilidad revolucionaria” que define decisiones del gobierno en políticas publicas, en materia fiscal y monetaria, dado que esas funciones son las que producen y administran el dinero – que PDVSA y el BCV crean, además de la deuda publica - que la revolución ha gastado en la revolución, incluyendo su vasta clientela de cronies de acá y de países con gobiernos amigos, que fungen de soporte político en las relaciones internacionales.

2.      El sentido de ingobernabilidad: gasto publico sin control

Ese termino de ingobernabilidad, hay que discernirlo en su génesis, por la manera como una revolución , que limita, restringe, elimina libertades , ha ido constituyendo desde la propia informalidad de su comienzo, la institucionalización de un poder político donde gobierno , legislativo y judicial son, bajo principios ideológico comunes,  la base de la gobernabilidad revolucionaria, comunista. No es una sociedad con contrapesos institucionales para que gobierno llegue a hasta sus naturales fronteras, legislativo lo mismo, bajo la espada de la justica impartida por el poder judicial. No es el caso.
Ese particular entorno institucional legislado y jurado, ha creado condiciones políticas para que el Presidente Chávez concentre y cultive la toma de decisiones en sus manos. Una buena dosis de decisiones se toma públicamente, con todos los otros poderes haciendo coro, para que la gente divise que todo el poder, incluyendo legislar y arbitrar, está en manos del Presidente, el modelo de F.Castro vigente en Cuba durante medio siglo.
Todo ello bajo la condición de líder, según la cual el centro de gravedad del poder político personalizado, hasta los extremos de un culto que ya gira sin escrúpulos en torno a su personalidad. Recordamos que en Europa ex socialista existieron regímenes similares, Yugoslavia y Rumania, con Tito y Ceacescu, y que terminaron con guerras y destrucción, lamentable. Los venezolanos pasamos hace mas de siglo y medio por un proceso particular de violencia, patria y muerte, la guerra -mal llamada federal-; afortunadamente el desmoronamiento de esa institucionalidad será con votos y será la voluntad popular la que imponga el juicio de la historia.

3.      Vorágine fiscal con “raspado de olla”

Esa larga introducción permite discutir los mecanismos a través de los cuales se exacerba la vorágine fiscal de la revolución, que por razones graficas y para ayudar a su comprensión lo denomino “raspado de olla”, esto lo hará mas comprensible a nuestros lectores mas desprevenidos. Estamos en presencia de mecanismos financieros que enfrentan un natural cuello de botella para gastar en pocos meses –con un proceso electoral en camino- la factura fiscal de todo el año.
Ese entorno de violencia política, fiscal y monetaria y derretimiento de la institucionalidad, de extraño vacío de “poder” crea los incentivos para un cuestionable comportamiento fiscal por parte de ministros, viceministros, presidentes empresas publicas, legisladores del partido de gobierno, políticos y nomenclatura en general. Todos bajo la responsabilidad de “hacienda publica” del Presidente de la Republica, responsable de cuanto acontezca al patrimonio nacional, y cuyo piso político-institucional se derrite a velocidad sin la existencia de un régimen o contrapeso institucional, de controlabilidad en la administración del gasto público y del Estado, no crea condiciones para un crecimiento económico.
Todo lo contrario, una especie de rapiña fiscal de una gran cantidad de funcionarios que ven su futuro político institucional en peligro, son las bases materiales del raspado de olla.  El entorno político que debe actuar como contrapeso institucional, Asamblea Nacional y Poder Judicial cantan en coro el himno de la revolución y actúan como corporaciones de intereses con el gobierno, esto crea las bases institucionales, formales e informales para un colosal “raspado de olla”. Que es un raspado de olla? Algo muy sencillo, cuando no hay contrapesos institucionales ni controlalibilidad en la acción administrativa para arbitrar la acción fiscal del gobierno, el BCV imprimirá cuanto dinero el gobierno demande de él, se hará sin pudor monetario; el gobierno se endeudara mas allá de sus límites, PDVSA entregara al gobierno hasta el último céntimo petrolero, y este gastara sin control ni limite. La explosión de la liquidez monetaria y el colosal endeudamiento del 2012, buscan compensar la caída del ingreso petrolero pese a los elevados precios del petróleo.

4.      Deuda, raspado de olla y sin controles: “récipe griego” para una bancarrota.

Dos fenómenos económicos en tándem, el financiero y el monetario, fiscales ambos en su naturaleza por la “institucionalidad revolucionaria” que solapa Finanzas y BCV y por la cual caracterizamos ese fenómeno como raspado de olla. Veamos detalles. En enero, el gobierno –algo inédito en finanzas publicas- recibe de la Asamblea Nacional la aprobación de toda la Ley de Endeudamiento; es decir, el gobierno puede disponer en lo inmediato, de un colosal volumen de gasto público superior a los 14.000 millones de dólares, un 20% del Presupuesto aprobado por la  AN.
A esto se le agrega el volumen de créditos adicionales aprobados entre enero y marzo, unos 9000 millones de Bs F. generados aparentemente por el diferencial de casi el 100% en el precio del petróleo, dado que el precio del petróleo en el Presupuesto 2012 es 60$/barril mientras el precio reportado en lo que va de ano casi lo dobla. No así, la contraparte fiscal que debe estar en reservas internacionales en el BCV. Allí ha ocurrido lo contrario, las reservas caen con alguna velocidad y CADIVI no registra una actividad extraordinaria que nos refleje la caída registrada las en reservas internacionales. Tampoco se observa que la reducción de las reservas reflejen contracción de la liquidez monetaria, todo lo contrario. Mas adelante explicamos las razones de ese curioso fenómeno.
El otro aspecto es el monetario; este tiene consecuencias económicas y sociales devastadoras. Me refiero a los préstamos que en los últimos meses ha recibido PDVSA del BCV, el cual es superior a los 100 mil millones de Bs.F, unos 23.000 millones de dólares. Estos préstamos llegaran de manos de PDVSA al gobierno, al fisco, -su dueño- PDVSA es el mayor contribuyente fiscal, pone más del 50% del ingreso fiscal, un 15% en términos del PIB!.

5.      Cuanto hay para eso, para el raspado de olla ?

 Al agregar esas magnitudes financieras y monetarias, de acuerdo a la lógica fiscal del gobierno, encontramos que el gobierno estaría disponiendo en estos meses del año de volúmenes financieros que en condiciones normales económicas no pueden gastar en proyectos etc., al menos que no sean el pago de salarios, emolumentos asociados, gastos de la nomenclatura, etc. El gobierno informó que entre Enero y Febrero el gasto público había superado en 20% sus estimaciones iníciales, el tufo a dinero corriendo por la administración pública se detecta a kilómetros, lo cual desde luego no implica que el gasto fiscal se esté económicamente sembrado en la economía nacional. La economía no esta reaccionando a ese “estimulo” monetario. Por ejemplo, el ritmo de ventas en estos dos primeros meses del ano, ha sido menor al ano pasado, y no indica que la demanda agregada este creciendo en las magnitudes que pudieran sugerir los flujos financieros y monetarios acotados en los párrafos anteriores. La presión inflacionaria se siente a diario, el bolívar se deprecia –devalúa- día tras día, pierde poder de compra, la exacerbación del riego político y la inflación que se causa por la perversión monetaria descrita arriba, seria contrarrestada con la aplicación de la Ley de Costos, el resultado neto será inflación mas escasez, el gobierno ofrece la violencia de las expropiaciones para gobernar con un entorno de miedo.
Alexander Guerrero
Economista, PhD. (London